
Hermosa niña:
Esperas el invierno observando las hojas doradas del árbol que pronto morirán
¿Puedes ver acaso el aliento del gorrión cantando tristezas sobre él?,
cuando el cielo de un gris perla llora cenizas que marcan las horas que se acortan para ser eternas en la mirada blanca del frío.
Puedes llorar mi hermosura, quizás sentimientos que no entiendes como la brisa golpean tu pecho y si así lo deseas puedes llorar, porque el invierno es la tristeza misma de la felicidad, ¿puedes entender?, solo tu lo sabes, eres la rosa que bebe del frío, eres la rosa que se refleja en la blancura de antaño y que perdura para ser amada.
Eso eres niña que esperas el invierno llegar.
He oído en el abismo del silencio que él te a de buscar y que tu ventana desea abrir para entrar, para ocupar cada rincón vacío de tu alma, porque él sabe bien lo que es la soledad, sé claramente que el silencio guarda ese secreto. El invierno es la soledad misma, la sombra que el amor pocas veces comprende. Adorable princesa del dolor, con ansias las estrellas te tomarán de la mano por las noches y estarán junto a ti hasta que él llegue, con dulce anhelo la luna te cuidará y en su manto estelar te hará soñar con su amor, y cuando te asomes a la ventana y te preguntes porque no puedes beber de sus fríos labios o sentir su gélido abrazo de locura el invierno abrirá suavemente la ventana con su brisa con sabor a lluvia y ocupará los rincones de soledad, te abrazará hasta morir en sus brazos y despertara lo que tu corazón siempre mantuvo oculto en su delirio profundo.
No mas lágrimas de antiguo dolor, que él por las noches puede oír tu voz.
El invierno ha dejado caer en cada rincón de su edén tu inmensurable y pálido rostro divino dibujado en cada esfera de nieve. Mi dulce y frágil cristal, esperas el invierno con vesania incomprensible y anhelas ser su sueño cumplido, eres la princesa que el invierno desea observar en sus jardines antiguos, cosechando las flores que la primavera traerá para que así él en tu pecho que la eternidad envidia pueda descansar y entregarle así su corazón helado.
Niña, solo quería que supieras:
¿Qué sería del invierno en tu ausencia?
Dulce niña solo quería que supieras
que yo soy el invierno mismo.
¿Qué sería del invierno en tu ausencia?
Dulce niña solo quería que supieras
que yo soy el invierno mismo.
\Corvuss/
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